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Podcast E01 - La chispa que se convirtió en llama y mis hogares en Países Bajos

Enlace al episodio AQUÍ.


🎙️ EPISODIO 01 – La chispa que se convirtió en llama y mis hogares en Países Bajos

Hola de nuevo, soy Laura Martínez. Bienvenido o bienvenida a mi podcast para estudiantes de español avanzado. Soy profesora de español como lengua extranjera y… muchas cosas más. La verdad es que no me gusta identificarme con una profesión, lo hago ahora mismo porque estoy utilizando este medio como lugar para dar voz a lo que hago dentro de mi profesión como profe de español. Pero la realidad es que soy un culo inquieto, siempre he hecho cosas diferentes y aspiro a seguir haciéndolo.

Hoy te quiero hablar del proceso de búsqueda de casa en España. Tengo curiosidad: si alguna vez te has mudado de país, ¿cuánto tiempo te ha llevado encontrar casa? No me atrevo a usar la expresión “la casa de tus sueños” porque no creo en estas cosas. Pienso que puede haber diferentes casas de tus sueños a lo largo de tu vida, según la etapa en la que te encuentres y según tus necesidades del momento. Del mismo modo en que no creo en la idea de “la media naranja” o “la otra mitad”, como si solo hubiera una única posibilidad en la vida de encontrar a una única persona adecuada para ti o como si estuviéramos incompletos y solo fuéramos mitades. Creo que podemos tener diferentes amores en nuestras vidas y que cada uno de ellos puede ser igual de importante. Lo mismo ocurre con las viviendas, aunque te parezca una comparación frívola. Mira, déjame explicarte. 

Ahora mismo vivo en un lugar que cumple con lo que creo que necesito ahora, en este momento de mi vida. Es una casa que encaja con la situación vital que comparto con mi pareja y con nuestro hijo en este punto en el tiempo. Pero eso no significa que esta situación no pueda cambiar. No hay nada escrito en piedra, al fin y al cabo. Quizá en unos años nuestras circunstancias, nuestras prioridades o nuestras necesidades sean otras… Y entonces habrá que reflexionar. Y quién sabe, quizá tendremos que buscar otra vivienda, en otro entorno y hacer que ese nuevo lugar se convierta en “la casa de nuestros sueños”. Porque las casas, al igual que las relaciones, cambian con nosotros. Y eso no es solo natural, sino que es señal de crecimiento.

En el episodio anterior te contaba que después de vivir diez años en Países Bajos, mi pareja y yo nos mudamos a España en febrero del año dos mil veinticuatro, en concreto, a un ambiente muy rural en plena montaña. Un cambio de vida radical, vamos. La idea de vivir en la naturaleza cobró una fuerza muy significativa durante la pandemia, donde tanto mi pareja como yo empezamos a cuestionarnos muchas cosas, mucho más de lo que ya lo hacíamos (porque sí, ya lo hacíamos). 

Recuerdo cuando vivíamos juntos en el centro de Den Bosch (por cierto, el traductor de Google le pone un nombre español de lo más curioso, “Bolduque”). Pero vale, vayamos al grano: Den Bosch. En aquel momento de mi vida yo trabajaba en Ámsterdam Sloterdijk y me venía genial vivir en el centro de Den Bosch (o Bolduque, como dice Google) porque tenía un horario laboral nocturno. Como te imaginarás, por la noche no me apetecía caminar largas distancias (o en su defecto, ir en bici) hacia mi lugar de residencia, de ahí que decidiéramos vivir en el centro de una ciudad. Claro que eso también tenía sus consecuencias, sus cosas buenas y sus cosas malas. ¿Una de las cosas malas? El ruido. Por ejemplo, el famoso carnaval de Den Bosch. 

Yo nunca he sido carnavalera, ni en España ni en Países Bajos. Entonces, los días de carnaval en Den Bosch (que por cierto, cambiaba de nombre a “Oeteldonk”. Sí, sí, la ciudad cambiaba de nombre). Esos días yo prefería quedarme en casa, huir del ruido y de la fiesta. Y perdonadme los fanáticos del carnaval en Noord-Brabant (o como dice Google: Brabante Septentrional), pero yo prefería fingir que Oeteldonk no existía.

En fin, en aquel entonces (no sé si fue en el año 2017 o 2018) mi pareja y yo viajamos a Escocia. Fue un viaje de una semana durante un mes de mayo (yo creo que fue en el dos mil diecisiete). Recuerdo un día, cuando me desperté en el pueblo costero de Portree, en Isle of Skye, que oí los pájaros trinar por la mañana (aunque no te lo creas, esa semana hizo buen tiempo por allí). Oír a los pájaros trinar me impactó y recuerdo que pensé en lo mucho que me gustaría despertarme en un lugar tranquilo donde pudiera oír esto cada mañana.

Siempre he vivido en un entorno con mucho ruido. La gente en España es ruidosa y mi familia no es una excepción. Cuando me fui de casa a los dieciocho años para estudiar en la universidad me mudé a una ciudad, a Murcia, o sea que también había ruido. Encima empecé a cantar en bandas de rock y de metal, así que imagínate… Siempre en un entorno con volúmenes elevados. Al mudarme a Países Bajos, primero residí en Abcoude, y aunque era un pueblo tranquilo, yo estaba en una casa cuidando de tres niños como au pair, por lo que tampoco había mucho silencio (quizás solo por las mañanas, cuando estaban en el colegio). Más tarde, me mudé a Utrecht, otra ciudad y, por tanto, un lugar con ruido también (aunque el barrio donde vivía no era de los más ruidosos). Después, acabé viviendo con Mark, mi pareja, en el centro de Den Bosch… En resumen: ningún lugar realmente tranquilo.

Como digo, aquella mañana en Portree me dije a mí misma que me gustaría vivir en un lugar tranquilo -sin ruidos- donde pudiera despertarme oyendo a los pájaros trinar. En ese momento se encendió una pequeña llama en mi interior que con el tiempo se hizo más grande. Además, empecé a seguir a diferentes jóvenes en Youtube que parecían tener una vida apacible en el campo, no sin sus dificultades, pero apacible al fin y al cabo y con más libertad. Así, después de Den Bosch, mi pareja y yo nos mudamos a un lugar más tranquilo, a Boxtel, donde viví durante los últimos cinco años de mi vida en Países Bajos y donde al final me acabé encontrando bastante a gusto. No obstante, a pesar de que vivíamos al lado de un bosque, vivíamos muy cerca de la autovía y en una calle principal, por lo que en los días de verano no podíamos dormir con la ventana abierta sin oír coches continuamente. Nada de pájaros trinando, aunque Boxtel ya era un avance con respecto a la vida en el centro de Den Bosch.

Si unimos estos antecedentes con mi tendencia a comer productos de granjas locales, a hacer mis propios productos naturales de cosmética o de limpieza sin tóxicos (o a comprarlos, si puedo), aquella llama que se encendió en mi interior en Portree y que se hizo más grande con la llegada de la pandemia, dio lugar a la idea de vivir en el campo y que esta idea se tornara cada día más y más real. Más tangible. Esto sucedió en mi pareja incluso con más fuerza que conmigo. Él era quien más sentía que quería vivir en otro lugar, en otras condiciones. Cambiar de aires. Ya había vivido suficiente tiempo en Países Bajos (toda su vida, vaya). A pesar de esto, yo no tenía tanta prisa. Me había acomodado a la rutina en Boxtel. Allí tenía mis cursos de español en mi propia escuelita -que al final era mi salón de casa con una pizarra- y además se me presentaron buenas oportunidades laborales después de completar mi máster como profesora de educación secundaria y superior. 

Una reflexión: creo que siempre es más fácil irse de un lugar cuando no estás a gusto (aunque en realidad nunca, nunca es fácil), pero cuando ya estás acomodada y a gusto, aunque tengas mucha curiosidad por vivir en otro lugar y en otras condiciones, es más difícil cambiarlo todo y dejar tantas cosas atrás para empezar de nuevo. Una vez le dije a mi amigo Rafa que me daba vértigo empezar de cero. Y él me dijo (la formulación de las siguientes palabras no es literal): “no, Laura, no estás empezando de cero. Todos estos años, todo lo que has experimentado, todo lo que has aprendido, todo lo que has estudiado, las vivencias… Te vas a España con un bagaje que no tenías cuando llegaste a los veintitrés años a Países Bajos. En absoluto empiezas desde cero.” Entonces, aunque tiendo a usar la expresión “es difícil empezar desde cero”, “he empezado desde cero en España”, en realidad esa expresión sale de mi lado más dramático. Porque Rafa tenía razón. No empiezo desde cero. No soy la misma Laura que llegó a Holanda con veintitrés años. Tengo mucha experiencia laboral y vital a las espaldas y eso me lo he traído a España. Pero bueno, la reflexión era al fin y al cabo esta: que cuando estás a gusto en un sitio, cuesta más irse de ese sitio y empezar en otro lugar. Y cuando no estás tan a gusto en un sitio, creo que es un poco más fácil. Bueno, es mi opinión. No sé qué piensas tú. Ya me dices. Tengo curiosidad.

¿Por qué hago un podcast sobre todos estos temas? No porque piense que mi vida es más interesante y especial que la de cualquier otra persona, sino porque, tal y como dije en el episodio introductorio la mayoría de mis estudiantes tiene un perfil concreto: ellos buscan vivir en España o comprar una segunda vivienda aquí. Por eso tuve la idea de compartir mi proceso para que ellos puedan utilizar estos audios como input significativo en su aprendizaje de español avanzado, al mismo tiempo que ofrezco un contenido que conecta con sus verdaderos intereses. O al menos esa es mi intención.

Y hablando de naturaleza, de inmersión y de nuevas experiencias… Déjame contarte lo último en lo que estoy trabajando. Como vivo en un entorno rural y trabajo en línea, estoy organizando algo muy especial. Algo que me permita estar en contacto en persona con mis estudiantes: actividades de inmersión lingüística. Sí, actividades de inmersión lingüística o como dicen en otros ambientes, turismo idiomático o turismo lingüístico. De momento, para mis queridos hablantes de neerlandés, he llamado a estas experiencias “taal reizen” o “taal ervaringen”. Y si eres de otra nacionalidad, no te preocupes, también eres bienvenido/-a. El idioma no es un problema para mí. Pero… ¿De qué va todo esto? Muy sencillo. Primero te planteo una pregunta: ¿te gustaría experimentar la ciudad Granada con una profesora de español que te apoye en diferentes contextos (el mercado, el restaurante…) mientras camináis y aprendéis en movimiento? Entonces te invito a que eches un vistazo a mi página web www.spaanslerenmetlaura.com/ . Te dejo esta dirección en las notas. Y si quieres todavía más información que la que aparece ahí, tengo un folleto con información muy detallada sobre esta experiencia en Granada, en concreto sobre la próxima fecha, que será en el mes de junio. Vamos, ya casi. Si te interesa, no dudes en enviar un email a spaanslerenmetlaura@gmail.com y te envío este folleto, para que tengas toda la información. Como te digo, escribiré estas direcciones en las notas.Gracias de corazón por escucharme hasta el final. Y si conectas con esta historia, con la enseñanza de idiomas para niveles avanzados o con el deseo de vivir en otro lugar (especialmente si ese lugar se llama España) este espacio también es tuyo. Y si te ha gustado el episodio, no dudes en compartirlo en tus redes sociales o con quienes puedan estar interesados. ¡Me haría mucha ilusión que esta pequeña comunidad creciera poquito a poco y que este contenido conectara con muchas personas! 

Nada más. Muchas gracias y te espero en el siguiente episodio. Ciao!


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